lunes, 25 de julio de 2016

Esteban Navarro: 'Ángeles de granito'

Esteban Navarro describe con trazos firmes, trazos profundos como los de los aguafuertes de Goya la fatalidad de una familia humilde en la 'charnega' y pobre Barcelona. A veces, con las suaves pinceladas de Velázquez cuando quiere profundizar en los sentimientos más inconfensables que albergan las mejores intenciones. Y en otras con la estrábica deformidad de El Greco para describir esa España mágica, esa mística popular que enraiza con firmeza en los más pobres para vestirlos de un destino movido por manos más justas y que les otorgará el milagro que la miseria les ha robado. Es un maestro del relato.

En Ángeles de granito, Esteban Navarro consigue definir la sutil línea entre el claro y el oscuro, entre la locura mágica y la fatal realidad, y trasciende más allá de nuestros días. 

Probablemente dentro de cien años, o de los que sean, el hambre, la miseria y la muerte seguirán conjurando con el destino. Y probablemente los espíritus atormetandos buscarán su cura en la esperanza, mágica o no, en que algo o alguien más poderoso que todo eso haga justicia, aunque su veredicto no sea el esperado. Entonces, seguramente, nuevos lectores escogerán esta novela y la hallarán vigente:


"De las calles surgieron llamas venidas del infierno. Las tapas de los alcantarillados se abrieron y volaron por encima de las casas de granito. Un ruido similar a una manada de búfalos, corriendo por la pradera, asoló la Loma Santa. Los Heredia se comprimieron en el salón de la casa y Luis cogió la mano de Juana y la estrechó con fuerza mientras que ella hizo lo mismo con su hijo Martín y éste la mano de Clara y ésta la de Ezequiel.
-¿Un terremoto? -preguntó Juana a la hermana de Ezequiel, sin abrir los ojos.
-¡No!-gritó-. Es Uriel, el fuego de Dios.
En unos segundos, pero que parecieron horas, la calle retomó la tranquilidad inicial y Luis salió despavorido hacia la habitación de arriba, seguido de Juana, ante la atenta mirada de Clara y Ezequiel que se comportaban como si lo que hubieran visto, fuera lo más normal del mundo.
-¿Adónde vais? -preguntó Sandra a sus padres; aunque creía saber la respuesta.
-Quédate con tu hermano -le gritó Juana.
-¡Tranquilízate Luis! -le dijo su mujer posando la mano derecha sobre su hombro izquierdo.
-Que me tranquilice -replicó-. ¿No has visto eso?-dijo metiendo sin ton ni son la ropa que iba pillando, dentro de la maleta.
-Estamos en una zona de contraste de temperatura -argumentó Juana, tratando de quitarle importancia a lo que acababan de resenciar.
-Lluvia de ranas, ángeles de piedra que mueven los ojos, plagas de langostas, bolas de fuego recorriendo las calles... ¡Juana! -gritó con los ojos salidos de las órbitas-, estamos en el averno, ¿no te has dado cuenta?
La locura se había apoderado de Luis y soltaba palabras sin sentido mientras que embutía la ropa de cualquier forma dentro de la maleta que trajeron cuando llegaron a la Loma Santa".

jueves, 21 de julio de 2016

Rosa Grau: 'El sendero de los ángeles'

Me he reído a rabiar con Rosa Grau y su protagonista: Cuqui, que aunque la obliga a vivir en un "superático" frente a Central Park en Nueva York, podrías encontrarla perfectamente en la calle Serrano frente al Retiro de Madrid. Sin duda tiene más 'bouquet' lo de Central Park y de paso evitas el mosqueo de mentes susceptibles sin sentido del humor.  

Esta escritora alicantina somete a Adelaida, Cuqui, su protagonista, a toda una serie de torturas sicológicas de las que sale airosa soprendentemente (o no): la persecución de la mafia china y una investigación policial que está por encima de todas sus posibilidades.  Sus 'alter ego' que le acompañan en esta original investigación detectivesca, también os sorprenderán durante todo el relato: una colorista maestra de escuela y un ingeniero gay multifacético. Con un tremendo dominio de los tiempos y ritmos de la crónica negra, y grandes dosis de humor, sale airosa con un estilo personal en un relato con notas románticas que os divertirá. Seguro.
Rosa Grau cuya biografia oficial la define como "ama de casa, amante de su familia, de sus amigos y de los animales", lleva a sus espaldas ya tres historias: 'Un puñado de amigos y dos cerezas", "El caso de la gallina ponedora" y esta, "El sendero de los ángeles":


"En mi agujero de frustración hacía frío y me encontraba muy sola. Me giré con intención de regresar al paraíso, pero este había desaparecido. Clavé la vista al final del túnel y vi oscuridad. Parpadeé e insistí. Nada. Solo tinieblas y frío. Mucho frío. Ah, sí, y una voz profunda varonil que no paraba de taladrarme los oídos ordenándome que me tumbara. Que me había pasado con los calmantes y que estos me estaban dejando KO.
Y yo pensé, entre escalofríos, ¿KO? ¿Es que acaso este nuevo mundo, glacial y lóbrego, era similar al Reino de los Hielos y hablaban en otra lengua, que no pensaba aprender ni por asomo?
Y recuerdo que dije:
-En francés, por favor. Si es chapurreado, mejor.
Y el ser oscuro del Reino de KO, contestó:
-Viens te coucher, Cuqui, vouz avez besoin de repos.
-¡He dicho en francés chapurreado!-proclamé bien alto.
Fue entonces cuando escuché con toda claridad que estaba como una cabra, que yo no hablaba idiomas y que qué más daba si se dirigía a mí en italiano, en francés o en piraha, si total no iba a entender ni media palabra.
-Tú, señor del Reino de KO, sí que estás pirahado.
-Piraha es el idioma de los Piraha, una tribu amazónica que recibe ese mismo nombre -explicó la voz con paciencia  mientras notaba que me empujaba hacia un lado.
-Tú... tú...¡¿por qué me empujas?!
-Te llevo a la cama.
-¡Nos acabamos de conocer! -repliqué indignada, al tiempo que hacía palanca con los pies sobre el colchón-. No soy de esa clase de chicas, necesito quince años para poder acostarme con alguien..."

miércoles, 20 de julio de 2016

Fernando Gamboa: 'Capitán Riley'

Devoraba con fruición las novelas de aventuras del maestro del género Fernando Gamboa...-he de reconocer que antes había sucumbido al embrujo del premio indie Jorge Magano-, ...hasta que caí en las redes de uno de los héroes de Gamboa tan seductor como Corto Maltés, del legendario Hugo Pratt, uno de esos que lees y relees hasta que las portadas quedan desgastadas ya por sobadas. Hablo del capitán Alex M. Riley. 

Corto Maltés nacía en la Valetta del vientre de una gitana, la Niña de Gibraltar, y después, en alguna de sus aventuras, traficaba en el Mar de China junto, o contra, Rasputín, y se codeaba con hermosas y peligrosas mujeres... Por contar algo... Pues el capitán Alejandro M. Riley es un americano de madre gaditana, combatiente de la Brigada Lincoln en la masacre del cerro del Pingarrón y pirata en el mar Mediterráneo junto, más bien contra, Himmler y March. Por contar algo también...

Digo esto no porque Fernando Gamboa necesite publicidad: tiene un boca a boca espectacular que le sitúa siempre entre los más vendidos. Más bien porque el 10 de septiembre estrenará 'Tinieblas', la secuela de 'Capitán Riley'. Y como algunos lleváis de retraso las dos entregas anteriores: 'Tierra de nadie' y 'Capitán Riley'... Y como también tenéis un verano por delante... Pues eso, que para el que no lo sepa... Ya está dicho... Un aperitivo de muestra literal:


"En cuanto subieron al auto, lo primero que hicieron fue vendarles los ojos, ignorando las protestas de los dos marinos y asegurándoles que, o aceptaban ir así, o no irían a ningún lado. Circularon por Barcelona durante casi una hora, algo que llevó a Alex a suponer que lo hacían para despistarles pues aquella ciudad, no demasiado grande y sin apenas semáforos, en ese tiempo ya habrían podido recorrerla de arriba abajo un par de veces. Finalmente, el sedán se detuvo con un chirrido de los frenos, y tras advertirles que no se quitaran aún las vendas, los hicieron salir del coche para, seguidamente, conducirlos a un lugar bajo techo.
—Ya os las podéis quitar —avisó a sus espaldas una voz de cazalla. 
De inmediato se deshicieron de los antifaces, y descubrieron que se encontraban en el interior de un opulento despacho de enormes dimensiones, con un amplio ventanal que daba a un frondoso jardín, una gran mesa de caoba a la luz del mismo, y, enfrente, dos sillas vacías que parecían esperarles. Una decena de cuadros colgaban de las paredes color crema, y a pesar de no ser ningún experto, a Alex no le costó reconocer un Monet y un Van Gogh, así como un par de esculturas griegas o romanas en las dos esquinas del fondo. No dudó ni por un momento, tratándose de quien se trataba, de que todas aquellas obras eran las auténticas y originales. Miraba a su alrededor procurando no parecer demasiado impresionado cuando uno de los matones se acercó por la espalda y con un gesto ágil, fruto de mucha práctica, los cacheó a ambos en un santiamén. Antes de que se dieran cuenta ya les habían despojado a ambos de las pistolas que llevaban bajo la ropa. 
—Tranquilos —dijo el otro gorila, con una sonrisa que decía todo lo contrario—. Cuando os vayáis, os las devuelvo. 
Entonces hizo una señal y a los pocos segundos apareció por una puerta lateral un hombre delgado y de nariz prominente que no pasaría del metro setenta de estatura, con un anodino traje oscuro, corbata a rayas y camisa blanca. Sin decir una palabra y con paso ágil, a pesar de la cincuentena larga que aparentaba, se acercó a su escritorio, tomó asiento en un mullido sillón de piel, y sin siquiera mirarlos les hizo una seña — acompañado por un leve empujón de los dos guardaespaldas— para que también se sentaran. 
El silencio se prolongó durante unos minutos eternos en los que el recién llegado ojeó unos documentos que tenía sobre la mesa, ignorándolos como si no estuviesen ahí. Costaba creer que aquel tipo con aspecto de aburrido contable fuera uno de los hombres más ricos y poderosos de toda Europa —«el banquero de Franco», le llamaban algunos— , y que buena parte de su fortuna la hubiera amasado gracias al contrabando, la usura y la especulación en tiempos de guerra. 
Casi nadie estaba al corriente de sus orígenes, ni de cómo se había convertido en un personaje que hubiera dejado a Al Capone como un matón de barrio, pero era de todos conocida su gran influencia en el gobierno español, sus contratos para abastecer de petróleo a los nazis, su doble juego con los aliados y sus traiciones constantes a todo aquel incauto que confiaba en él. Era, a pesar de su inofensiva apariencia, un personaje al que había que andarle con mucho tiento, pues con un solo gesto podía enviar a cualquiera a inspeccionar el fondo del puerto con unos bonitos zapatos de cemento. 
—Me han dicho… —murmuró con voz rasposa, dejando a un lado los papeles que había estado leyendo— que ya trabajaron en una ocasión para mí. —Se quitó las gafitas redondas de lectura y miró por primera vez a los dos marinos, quietos en sus sillas como si los hubieran clavado".

Entenderéis ahora que espere con impaciencia que Gamboa publique Darkness o Tinieblas. Aquí tenéis un aperitivo de esa esperada novela en la voz del propio Gamboa:

lunes, 18 de julio de 2016

Eba Martín: 'Seres malditos'

No os dejéis engañar por esa imagen de niña buena que no ha roto un plato en su vida con la que aparece en la foto. Detrás de ella habita una mente sutil que enlaza una trama detrás de otra con una enorme facilidad y que el lector sigue con comodidad de una manera inconsciente: Un ser terrorífico, una excelente narradora, una filológa y una profesora de Literatura que le gusta exigir mucho a sus alumnos.
Pregunta:¿Te puedes doblar de la risa mientras lees una terrorífica novela gótica entre nigromantes, brujas, demonios y vampiros? Respuesta: Sí, con los seres malditos de Eba Martín. Y no por lo que os imagináis, mentes perversas, sino porque su humor, el humor de esta escritora novel, te convertirá la escena más sangrienta en un charco de risas. Podéis llamarlo como queráis: terror en clave de comedia, tragicomedia de ficción o gótica sobrenatural con tintes realistas y humorísticos. Esta última definición es suya, de Eba. ¿Sus ingredientes? Personajes sobrenaturales solitarios con una gran vida interior y plagados de debilidades muy humanas, erotismo y violencia. ¿Su público? Amantes del genero del terror y no amantes. Estos últimos terminarán seducidos.
'El origen' es la primera entrega de la saga 'Seres malditos'. Desde hoy, lunes, ya está a la venta la segunda en ebook y papel, y hasta donde sé y si no se ha arrepentido la presenta este año a los premios indie de Amazon. A continuación podéis 'saborear' un pasaje de 'El origen':

"La auxiliar se descubrió corriendo hacia un lugar vacío, donde segundos antes se encontraba su compañera, chillando y llorando. Pero ahí ya no había nadie. Ni rastro de ella ni de la cosa esa recién nacida. Confundida, Ana barrió la sala con la mirada. La madre de los bebés se encontraba inconsciente en el suelo, junto a una vitrina. Estaba perdiendo mucha sangre. El bebé “normal” seguía en la incubadora, en la posición en que recordaba haberla dejado, aún con el cordón umbilical intacto.
Su profesionalidad imperó sobre el desconcierto y la preocupación que sentía. Era más urgente socorrer a la madre: puntos de sutura y bolsas de hielo en el perineo para bajar la inflamación. A continuación, revisar al único bebé que quedaba en la habitación. Amputó limpiamente el cordón y comprobó, horrorizada, la sangría de la pierna. 
Demasiado para ella. No poseía ni los conocimientos ni el instrumental necesarios para operarla.
“¿Dónde estará Ramona? ¿Y ese monstruo? Es del todo imposible que haya podido imaginármelo. La sangre del suelo demuestra que ha sido real”, pensaba ella.
Tenía intención de buscar a su compañera por el resto de la casa. No podía haber ido muy lejos con toda semejante pérdida de sangre…
— Ayúdeme — gimió Luna.
Tenía que conseguir que esa entrometida se fuera cuanto antes de su casa para que la magia del barrido mental surtiera efecto. Ahora no podría obligarla a irse por la fuerza, ni a través de la magia ni del dominio mental. Tendría que convencerla con simples argumentos o engaños".

jueves, 14 de julio de 2016

Entrevista a Mixar López: "Mi frente mira por encima del miedo"

Sin concesiones. Truman Capote escribió 'A sanfre fría' sin paños calientes: crudo, real, auténtico, sin dobles morales... Mixar también es radical, duro, inflexible... Mixar es generoso con un vocabulario callejero lleno de giños a un lenguaje 'auténtico', ausente muchas veces de la literatura y sin embargo necesario: "Tengo un relato bien chingón que aborda un parricidio ocurrido en California", dice. Accedió a una fuente directa: la novia de la víctima. Verificó la información y le salió un relato extremecedor, duro como la vida misma, que nos esboza un cuadro de la sociedad americana que no aparece en los filmes de Hollywood: 'Plomo en Granjas Road'. 

Mi amigo Enrique García Ballesteros, que tiene más letras que yo, dice que sí, que "entre Truman, la serie Capadocia y El Lute, que es la versión chicana de 'Uno de los nuestros'". Alaba su estilo y asegura que "conecta con esa tradición de historias fronterizas, violentas, de la literarura chicana". 

Utiliza un lenguaje fresco, directo y plagado de imágenes evocadoras. Mixar López resulta escasamente definible o al menos yo no he dado aún con el concepto que lo encuadre. Espero que con la lectura que habéis hecho y el resultado de esta entrevista podáis dibujar un retrato que le haga justicia:




Decía mi padre: el mundo es de los audaces. Le creí.
-Oye, Mixar, ¿tú eres audaz?
Nos hablamos por Facebook. Él en Iowa. Yo en Madrid. No nos importan las horas. Charlamos por gusto.
A veces me manda notas de voz cuando le desespera el teclado del celular. Su voz tiene un sonido que raja el aire. Habla despacio y en cada espacio te coloca una sentencia. Sin querer. Parece improvisada pero te resulta elaborada. Te deja reflexionando.

-Estoy en el límite de la cordura: entre odiarme a mi o a Dios, -confiesa-.

Narrador, cronista y periodista musical. Es colaborador de las revistas Operación Marte, El Fanzine, Fanatika, Melo Magazine y Letras Explícitas. Desde hace tres años vive en Des Moines, Iowa, Estados Unidos.

-Está chido.

-¿Chido?

-Significa "está bien".

Ha escrito reseñas sobre importantes artistas como Nick Cave (a partir de su libro La bolsa de mareo, publicado por la editorial Sexto Piso), Gustavo Cerati y Phil Selway (baterista del grupo Radiohead), ha reseñado trascendentales discos como el Animals de Pink Floyd, Post Pop Depression de Iggy Pop y IV de Black Mountain. Colabora habitalmente con 'El Diario Norte Digital' de México y esta misma semana ha fichado por la compañía americana "Vice", y más concretamente por el prestigioso canal y revista musical Noysey, una de las publicaciones más polémicas y respetadas internacionalmente.
Como su literatura, no ofrece ningún tipo de concesión a ninguno de sus entrevistados. Crítico sin pudor y sin misericordia. Si no quieres saber su opinión no le preguntes. Ahondará en tí hasta el lado más profuno de tu alma. Es empático. Le llamo con cariño AKLópez42.
Varias horas de charlas sin mirarnos a los ojos, por fin me confiesa:

-Viré mi vida hacia las letras, pero eso no indica que tenga miedo. De nadie, no de nada. Pagué ante la sociedad. Con réditos. Todo. Mi frente mira por encima del miedo.

Mixar López nació en el estado mexicano de Guerrero, una de las zonas más violentas de la República. Recordarán el lugar porque saltó a los titulares internacionales por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Un lugar tremendamente peligroso y pobre, eminentemente agrícola, aunque la cara que contrasta la moneda sean las playas de Acapulco.

Prosopopeya es una historia auténtica.... 

-Es vida real.

-Lo supuse.

-True events. Estoy vivo de milagro.

.... La suya.

-¿Tenéis algo en común Roberto Saviano, autor de Gomorra, y tú?

-¿En qué? ¿En lo cosmopolita? ¿En lo huevudo? Pero yo no soy chivatón. Yo estoy contando mi historia con su contexto.

-Ambos sois objetivos de lo que popularmente llamamos Mafia. 

-Sí, pero él es valiente porque denunció a la mafia más sanguinaria del mundo. 

-¿No estás haciendo lo mismo? 

-No. Yo estoy trazando un mapa de vida con su bordo incluidos y estoy siendo objetivo. De hecho ni como crítica social entra porque no estoy criticando una sociedad, estoy criticándome a mí mismo. Estoy sentando un precedente para que las generaciones venideras no cometan la misma estupidez: dejarse llevar por el oropel del narco. 
Si te fijas en mi crónica, el narcotráfico no me trató tan mal. El narcotráfico que yo viví, que yo implementé, que yo corrí en mi vida, era más romántico. No había tantas ejecuciones, no mucha banca besas, no mucha van mano, no aviesa sanguinaria. Era más elegancia, era más pudor, era más honor. 
No cortaban cabezas. No mutilaban cuerpos. La cagabas, te morías. Punto. 
No caían en ese satanismo en el cual está inmerso ahora la delincuencia organizada. La vida del narcotraficante en mi tiempo era de 10 años, pero ahora es de un año. 

-¿Cómo llevas no pisar México?¿Es esa tu auténtica condena? 

-Mira qué buena pregunta, es la mejor pregunta que me has hecho, aprendes rápido.

-Y... ¿tiene respuesta?

-Antes de la Prosopopeya sí te pudiera dar una respuesta normal. Después de que la Prosopopeya vaya ser una realidad, probablemente sí sea un exilio perpetuo. Así es.

-¿Eso es todo? No vas a contar cual es la gran pérdida por la que tu conciencia no te dejará dormir por las noches?

-Mi hija Irán y mi madre.

Mixar, a veces aparenta más duro de lo que es capaz de sorportar. Así empieza la carta que dirige a su hija Irán el día de su cumpleaños: "Querida, hay un cielo triste y plomizo aquí en Des Moines, un cielo profundo, negro, húmedo, como los ojos de tu madre. Hay un cielo que quiere caer sobre mí, y no estoy asustado; podría dejarlo que me tragara, que me engullera con sus nubes espesas y negras". 
O las íntimas confesiones que dirige a su madre en esta otra misiva: "soy impuro para tus pensamientos, para tus abrazos, para tus anhelos. Que sólo te causo maceraciones, desconfianzas, aflicciones, pienso, que más que la oveja negra de tu familia, soy un traidor, un energúmeno frente a tu figura de Santa. Hermosa mujer, fino recipiente de Dios, efigie de amor eterno, cariño inconmensurable, mujer considerada y compasiva que me arropó, que me alimentó, que me educó y que con tus dedos moldeaste lo mejor de mí".

-¿Se los has dicho o te vas a castigar con tu silencio? 

-El tema es recurrente y se me cuestiona todo el tiempo. Lo más viable será traerla conmigo. 

-Mixar, te molesta que te defina como AkLópez42 o que te llame el nuevo Truman Capote mexicano? 

-AKLopez42 está perfecto. 

Mixar López, 41 años, recuperó las riendas de su vida y ahora forma parte de la generación de escritores mexicanos como Antonio Ortuño, Martín Solares, David Miklos, Guadalupe Nettel, Alejandra Maldonado y Heriberto Yepez.
Si le pedís una comentario, una columna, una crítica... No esperéis concesiones. Si le leeis no esperéis misericordia.


-¿Cómo definirías tu estilo? 

-Realismo sucio en la tradición de Raymond Carver. 

-¿Pretendes recuperar un lenguaje olvidado en la literatura mexicana? 

-Yo no pretendo nada, no soy un pretencioso. No busco desenterrar a los muertos de mis país. Todos deberíamos dejarlos descansar, dejar en su lugar a esos huesos. Esas lenguas ahora son pitanza para los gusanos, no quiero recuperar su lenguaje, busco crear uno propio a partir de lo que soy en cuanto a que escribo, en cuanto a que existo. 

-Fuiste bibliotecario del Cereso de Uruapan Michoacán, ¿fue eso lo que te llevó a encauzar tu vida, o encauzaste tu vida y te empapaste de literatura en el presidio? 

-La biblioteca del Cereso fue un gran relevo de la droga y el ocio, pero a final de cuentas, la droga y el ocio saben cobrar caro. Yo no aprendí a leer en la cárcel, la cárcel aprendió a leer conmigo.


Nos despedimos:

-Oye, Mixar.

-Dime.

-¿Cuándo vas a publicar la Prosopopeya completa?.

-(...) Ahorita.




miércoles, 13 de julio de 2016

Mixar López: 'Prosopopeya: la voz del encierro' (y 4)

Los que habéis llegado hasta aquí, los que habéis leído el primero de los relatos inéditos de Mixar López en su Prospopeya, debéis saber a estas alturas algo importante. Mixar López es bastante inaccesible. Su vida depende de ello. La ha reconstruído. Sí. Pero el pasado le persigue con un arma en las manos llena de balas y plomo que llevan su nombre. Sí. Lo confirmo. Mixar es el 'burrero' del cártel de Sinaloa del que habla en esta crónica-relato o un personaje reconstruído a partir de sus vivencias. Mixar pasó diez años en el peligroso 'Cereso de Uruapan' y aún lo sigue pagando caro. Pero eso no le hace menos escritor. Es un gran cronista, columnista y narrador, con un estilo que no admite comparación y con una cultura que empezó a adquirir en la biblioteca del presidio que os ha descrito.
Ahora, si queréis, seguir leyendo. Acabad el relato. Mañana, la entrevista.


(...)"Yo era como el hijo bastardo de Kurt Cobain y Eddie Vedder, un grungero de la mala escuela, aficionado al ruido y la inexistencia. El marquitos, por su parte, escuchaba música barroca. Me hablaba continuamente de músicos como Cesare Bendinelli, Paolo Quagliati y el cabrón de Hieronymus Praetorius, ese hombrecillo alemán que gustaba del órgano y la onda renacentista; de este último escuchábamos todas las tardes su Magnificat en latín, misa que poníamos especialmente los días de visita, o lo que yo llamaba “El Nalgometro”, cuando todas las nalguitas, —incluida mi Reyna— desfilaban por los pasillos del bosque de hormigón uruapense, sedientas de faje y olvido".

"Al Marcos, ese varoncillo callado y taciturno, capaz de hundirle un gancho de ropa en la garganta a cualquiera, le debo mi cultura de hombre de clase media. Además del chess y la música barroca, le debo las letras, es raro, porque por lo general, la mujer que te da la vida, te procura las letras también, pero mi jefa sólo sabía historias burdas, chismes más bien, y un niño de cinco años no sabe qué hacer con las hablillas, más que imitarlas. Por eso El Marcos me enseño lo que es la literatura ¿You know?, los putos soviéticos, Papá. Así entré a los clásicos por la puerta Rusa: Pushkin, Gógol, Dostoievski, Tolstói, Chejov y Máximo Gorki mi favorito, ¿por qué?, bueno, el tipo fue un puto vagabundo por toda Rusia, las crónicas de sus hambres, locuras y avenencias están escritas en su libro “Los Vagabundos”. La pura neta, un tipo férreo, cojonudo. A base de billetazos, nos hicimos encargados de la “Biblioteca” —otro puto fundillo de rata— éramos nosotros quienes nos encargábamos de pedir a las editoriales los libros mas anómalos en inusuales del mercadillo editorial. Libros de la onda y el crack de México, un vergel".

"No sé cómo pagarle al Marquitos, salió antes que yo, y aún así me seguía cuidando el carbón, me mandaba Big Mac´s de McDonald´s, camarones deliciosos, o perico, que me hacía llegar con un custodio de nombre Don Mayito —por su parecido con el Patiño de Paco Stanley— aunque la neta, la mejor droga se movía siempre adentro, incluso había gente de afuera que venía a comprarnos a nosotros; eran tiempos prósperos aquellos, de una paz a punta de tablazos en las nalgas de los que se interpusieran en nuestro camino de drogos cultos encerrados".

"Del Marcos no conservo ni una foto, no tengo nada, más que las reminiscencias, sus expresiones en las citas de los viejos rusos, en las misas renacentistas, en un jaque mate bien ejecutado. Desearía poder verlo y retribuirle, invitarle unas chelas o pagarle una puta, reorganizar nuestras miserables vidas. Pero estamos maleados, desde el puto tuétano hasta la coronilla. Recuerdo sus ultimas palabras, al Marcos, igual que a la mamacita de la Highsmith, no le gustaba la moral, pero sí la honestidad: “No te contagies de la mediocridad de la gente podrida, continúa preparándote para enfrentar la maquina que te espera afuera, no dejes que cumplan con el cometido de sacarte del juego, no dejes que te cojan vivo.” Hablaba posiblemente del ajedrez, el Marcos lo conversaba todo en metáforas el cabrón, en fin, seguí en el juego, desde mi propia trinchera, no sé si para bien o para mal, sólo sé que la cárcel es una tremenda educación en la paciencia y la puta perseverancia, You Know What I Mean?".

martes, 12 de julio de 2016

Mixar López: 'Prosopopeya: la voz del encierro' (3)

El protagonista de esta historia es un "puto burrero" del cártel de Sinaloa liderado por Joaquín "El Chapo" Guzmán. Entra en el duro penal del 'Cereso de Uruapan' una tarde abril de 1998 con un sol rabioso. "La “cárcel” era un bunker de presos con delitos federales que creían dominar el lugar, la mafia siempre preside la caterva en ese tipo de lugares, una tuerca que aprieta hacia adentro. Las personas tienen una idea equivocada de la prisión, gracias a la podrida maña de creerle a la televisión", narra en primera persona el protagonista en entregas anteriores.
Esta es la tercera de cuatro con las que el escritor mexicano Mixar López completa este relato inédito: 'Al penal por la puerta grande y a los clásicos por la puerta chica'. Mañana terminará esta apasionante narración que ha cedido en exclusiva a Libretería:



(...) "Yo me afanaba en el baloncesto, ¿sabes? retas a media pista, veintiunos, relojes, netballs y líneas de triples. Era un buen jugador, me mantenía al margen del deporte. Pasaba todo el día botando la maldita pelota, rascándome las bolas sobre los shorts de lycras e imitando a Michael Jordan en su mítica clavada de 1988 en el desaparecido Chicago Stadium, la antigua casa de los Bulls. En esa época nadie me tocaba, yo no parecía entenderlo, porque aunque el Cereso se entendiera como un Kindergarten, no había día en que regresara a mi dormitorio teniendo que sortear todo tipo de manchas de sangre del suelo: gotas, salpicones, barrizales, pequeñas lagunas. Lo comprendí hasta después, otro preso precoz había corrido el rumor de que yo era sobrino de Sabás López, pero no el delantero del Tampico, sino el acorazado de Zihuatanejo. Y era cierto, mi tío Sabás era un hijo de la chingada, un desalmado al que Paulino Vargas le había compuesto un corrido que interpretarían después Los Tigres del Norte, una crónica exacta de su muerte: “Yo no se si lo buscaban / pero lo agarraron lejos / lo mataron por la espalda / allá por Zihuatanejo”. Era el morbo de los demás el que me dejaba moverme por libertad en todos los rincones del culo de roedor, siendo respetado. Eventualidades y patrimonios de la fucking vida".


"Fue precisamente cuando estaba en la basca que vi al marcos, estaba sentado en la gradas. Al Marcos todo mundo le temía ¿you know?, y me estaba observando fijamente, tanto que de los nervios no podía siquiera botar el balón con naturalidad, el tablero me parecía lejanísimo y la bola de mierda parecía de un peso apoteósico. El Marcos me estaba observando a mí, y yo no hacía más que hacer el ridículo en la cancha. ¿Qué putas me había visto?, ¿qué buscaba en mí?, ¿quería madrearme? Era mejor averiguarlo lo antes posible. El Marcos tenía varo y tenía poder dentro del Cereso recreativo; yo ya sabía algo de él, ese discernimiento consistía simplemente en que: el no le hablaba a nadie, ni nadie le hablaba a él. Era un completo psicópata el Marcos, había caído ahí por privación a la libertad, un secuestrador inhumano, de esos de sangre fría, como los pingüinos, si es verdad que los putos palmípedas tiene la sangre fría. Era un indígena puro el cabrón, anteriormente se encargaba de eliminar personas en México y otros países, una especie de sicario refinado o silencioso asesino a sueldo; pero había caído a Uruapan por descuidos también. El Cereso parecía el puto recreo de todos los pendejos que habíamos cometido los más ridículos errores al momento de nuestra detención. Al marquitos los agarraron por secuestro Express. El vato era un estudioso, además de liquidar y secuestrar cabrones por todo el mundo, estaba terminando la universidad, era físico matemático el cabrón".


"El trato era el siguiente, yo le enseñaría a jugar baloncesto y él me ilustraría en el ajedrez: El objetivo del juego, el tablero, las piezas y sus movimientos, la colocación de las mismas y las capturas excepcionales, como por ejemplo, la promoción de peones: “Cuando se alcanza con un peón la última casilla de una columna, deberás cambiarla dentro del mismo movimiento por una dama, torre, caballo o alfil del mismo color. Tu elección no se limita a las piezas que ya hayan sido capturadas anteriormente, pendejo”, decía el marquitos, y el chess y la basqueada se convirtieron en los días venideros del Centro Recreativo Uruapan. Nos habíamos adueñado de la biblioteca, primero para considerar al ajedrez —según El Marcos— como una “carrera” con dos objetivos: Controlar la mayor cantidad de tablero posible y poner en juego la mayoría de las piezas de ataque, para así evitar mover la misma pieza dos veces durante el comienzo. Una carrera, decía marquitos, pero, ¿para qué jugar vertiginoso en un espacio en donde al tiempo le daba hueva menearse?, ¿en donde los segundos y los minutos le valían madre al puto Dios Cronos?, así que comenzamos a interesarnos en otras cosas, la música por ejemplo" (...) 




lunes, 11 de julio de 2016

Mixar López: 'Prosopopeya: la voz del encierro' (2)

El AK42, de fabricación soviética, fue el arma emblemática con la que, al grito de pan, tierra y libertad, se hicieron las revoluciones centroamericanas de los '80 en el siglo pasado. Mixar López es un escritor mexicano que empuña la palabra con un estilo muy personal y sus mensajes destellan en ráfagas contra un poder establecido que nos condena al hambre y a la miseria. Lo hace desde una realidad dura, cruel, sin concesiones. Por eso le llamo AKLópez42. 

Esta es la segunda entrega del folletín que iniciábamos el viernes con su obra inédita y que sólo podéis leer estos días en Libretería: 'Prosopopeya, la voz del encierro'. El relato que os estamos ofreciendo se titula 'Al penal por la puerta chica y a los clásicos por la puerta rusa'.

Mañana, la tercera entrega del folletín.



(...)"La confianza no tiene que ver con técnica, trucos o herramientas, sino con carácter, y mi carácter era alebrestado, para qué les voy a mentir, cuando alguien me preguntaba ¿qué llevas ahí?, yo les contestaba de manera desinteresada, —llevo quesos, o qué crees que llevo ¿una bomba nuclear?, ¿vas a pensar que llevo un AK-47 en un queso Cotija? Ese tipo de respuestas fatuas ofuscaron a federales y soldados durante dos años. Es la confianza, ya te digo, el pegamento que une todas las relaciones, el que cierra los tratos, pero como dijo Warren Buffet, el inversor gringo que nada sabe de quesos pero sí de empresas: “Se necesitan veinte años para construir una reputación y cinco minutos para arruinarla” y la mía, la de burrero especializado en transporte de marihuana se derrumbó en veinte minutos. Ni modo, el queso es hediondo, y te puede apestar la vida".

"El ingreso al Cereso fue surrealista, como estar dentro de “Destino”, aquella película de Disney y Salvador Dalí. Un lugar enorme con mucha tensión comprimida, a punto de estallar. La “cárcel” era un bunker de presos con delitos federales que creían dominar el lugar, la mafia siempre preside la caterva en ese tipo de lugares, una tuerca que aprieta hacia adentro, siempre para adentro. Qué construcción tan horrenda era el Cereso uruapense, toneladas y toneladas de hormigón utilizados en la reclusión, el temor y la más espantosa de las estéticas feístas. Un verdadero culo de rata que llevaba el púdico eufemismo de centro de rehabilitación, una oda al vómito y la desesperanza. A diferencia de otros Ceresos, en el de Uruapan íbamos ostentando nuestra miseria textil, es decir, íbamos vestidos de civiles, además de eso, éramos consignados a extremistas dormitorios privados, no sin antes permanecer en observación, una estadía que podría durar días, meses o años; ese tiempo en reflexión era relativamente “importante”, ya que de esa estadía dependía tu futuro dentro o fuera del lugar. Ahí podrían conocerte o darte por el culo, y a partir de eso, estar al tanto de tus aptitudes: De lo grande o pequeño de tu verga, o del ángulo de tus nalgas".

"Las personas tienen una idea equivocada de la prisión, gracias a la podrida maña de creerle a la televisión. El cine se ha encargado de mantener un orden ilícito y sucio dentro de las cárceles, y quizá sea acertado, pero sin todos esos actores bonitos que caracterizan ese circulo vicioso del policía y el ratón. El Cereso de Uruapan era un Centro Recreativo a diferencia de los planteados por Hollywood, vamos, que yo no estaba en la Alcatraz de Al Capone, ni en la Isla del Diablo de la Guyana Francesa, me encontraba en un parque animado, en donde todos los días eran putos días libres, por no decir de fiesta. Los presos corrían por el inmueble como Heidi en los campos y praderas suizas, un verdadero fiasco autoritario"(...) 



jueves, 7 de julio de 2016

Mixar López: 'Prosopopeya: la voz del encierro' (1)

A veces. Sólo a veces encontramos en nuestra vida gente extraordinaria con un talento extraordinario. Tengo en eso una suerte desmedida, endemoniada o poco frecuente. Desde que arranqué este proyecto de Libretería he compartido con vosotros algunos de esos talentos que busco sin buscar en mí o, por el contrario, me tropiezo de narices con ellos cuando no soy capaz de verlos. Este que os voy a presentar es uno de esos. Y es especial. Cuando leáis lo que escribe y cómo lo escribe comprenderéis lo que quiero decir. A mi me ha dado por llamarlo el nuevo Truman Capote mexicano. 

Existía a principios del siglo pasado una sección en los periódicos hoy olvidada y desterrada. Le llamaban folletón o folletín. Voy a recuperarlo para vosotros con este relato: os lo ofreceremos  íntegro y en entregas. Es inédito. No está publicado. En argot periodístico: es una exclusiva mundial. Parte se publicó en México. Lleva por título: 'Al penal por la puerta chica y a los clásicos por la puerta rusa'. Más que una historia de relatos son los relatos de una misma historia que el autor ha reunido en una obra que ha llamado 'Prosopopeya: la voz del encierro'. 

Concluído el folletón -más bien folletín- os contaré lo que sé de su autor: Mixar López. Volveré a sorprenderos. Y repito sólo vais a poder leer este obra aquí, en La Libretería. Empieza así:




Al penal por la puerta chica y a los clásicos por la puerta rusa

¿Puede extrañar que la prisión se asemeje a las fábricas,
 a las escuelas, a los cuarteles, a los hospitales,
 todos los cuales se asemejan a las prisiones?
                                                                                                            Michel Foucault


"Era un Sol rabioso el de aquella tarde de abril de 1998. Los azules que me llevaban a prisión hacían “chistes” entre ellos. Simple rutina, fanfarronería del poder iletrado. Eso eran las personas que me arrestaron, unos simples analfabetas funcionales al servicio del Estado, carne de cañón, carroña en descomposición. ¿Quién era yo? Un narcotraficante profesional caído a cuestas por errores milimétricos, por causecuencias y gajes en el oficio del transporte de droga".

"Delitos contra la salud en su modalidad de transporte de mariguana, esa fue mi infracción y según el fucking artículo ciento noventa y cuatro del título séptimo, se me impusieron diez años de prisión por producir, transportar y fabricar narcóticos. Diez años, la cantidad, la cifra, el número, el tiempo, no los tenía en la mente, no lo había calculado aún, escuché “diez años” como había atendido los chistoretes pueriles de los uniformados, es decir, sin gracia alguna, con todo mi desprecio, mi puta indiferencia. Diez años, ¿cuántas cosas pueden pasar durante ese lapso de tiempo? La inocencia de un niño, la de mi hija Irán, la madurez del árbol que plantamos juntos, las cintas que no veríamos en el cinema, toda la música, los días tirados al Sol frente al mar, el pueblo de Guerrero siendo violentado o rehabilitado, todas aquellas calles que no recorrería con mi esposa Reyna. Aún no lo sabía, ¿qué era para mí una década? NADA, un montón de días curis con sus horas almidonadas, abotargadas en una vida gris y hastiada hasta su madre. No son nada para quien ha entregado su vida al servicio de la droga. Quizá tenía los saquillos llenos de dinero hasta ese momento, pero mi mente se encontraba completamente vacía, eso pasa cuando la nada supera la realidad, y diez años bastarían para reprogramarla. Así entré por primera vez al puto Cereso de Uruapan Michoacán".

"Me había abrigado el Cártel de Sinaloa, fundado en el ochenta y nueve, y aún liderado por Ismael Zambada y Joaquín “El Chapo” Guzmán. Aunque mi jefe directo era un especialista en “el clavo”. Un tipo de nombre José de Guerrero, narcotraficante a nivel Estado, especialista quirúrgico en ocultar la droga y diseñar rutas para el Cártel. Itinerarios diseñados en su mayoría para el Cártel de Tijuana. ¿Qué cual era mi trabajo? El transporte, yo era un puto burrero, uno de los buenos, entregaba la droga a los diferentes puntos, claro, en cantidades no tan grandes para que lo cabrones de más alto rango no tuvieran tanto arriesgue. Y lo hacía bien, aunque quizá te parezca algo irrisorio: Transportaba la droga en taras de plástico, de polietileno y de goma, con dos capas de queso y quince kilos de marihuana. El destino era el Distrito Federal, o la nueva Ciudad de México —gracias a la impericia de Mancera— de ahí era recogida por gente del Cártel de los Arellano Félix".

"Dicen que los que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo, ahora precisamente lo estoy perpetuando, escribo no a manera de moral, porque la moral envenena, es una vieja herramienta de los débiles, los incautos. A mí, como a Patricia Highsmith, me interesa la moral, a condición de que no haya sermones"(...)  



Isabel Salas: 'Navaja de llavero'

Isabel Salas acaba de publicar 'Navaja de llavero', segundo libro de su colección 'El canario y la máquina de coser' que ya os presentábamos en este blog  el 16 de junio. De nuevo repite portada con la maravillosa artista vallisoletana Nuria Velasco. El talento se atrae. 

Para los que ya conocéis a la escritora malagueña y aún no habéis leído Navaja: sube la intensidad, mejora extraordinariamente. Para los que aún no habéis leído nada suyo... Puedo deciros: es distinto, fresco, brillante, emotivo, apasionante, triste, alegre... Pero seguiría sin aproximarme, ni por asomo, a la belleza de sus pensapoemas, historias, relatos, textos... O como quieran definirse. Sólo su lectura os acercará a su literatura. 

Podéis comenzar con este pasaje literal del relato que da nombre al segundo libro de la colección 'Navaja de llavero':


"Mirar un cielo lleno de cometas es como mirarte. Mi corazón se ensancha con una sonrisa lavada por las lágrimas que inevitablemente se salen de mis ojos, pues todavía no consigo pensar en ti sin llorar ni asimilar tu muerte. Decir tu nombre en alto también está descartado por ahora, pero estoy trabajando en eso. Y en el labio de abajo, que se pone a temblar si quiero contar algo que me pasó contigo o que hicimos juntos. En realidad todos los cielos me recuerdan aquel cielo de otoño en Fuengirola, que es el recuerdo perfecto para sentir lo mucho que te quiero y las ganas de hablar contigo que no se me quitan. De contarte mis cosas. De escuchar tus secretos. No se me quitan ni un poquito si quieres que te diga la verdad, aunque sé que esta vez te gustaría que te dijera una mentira para no ver como sufro. Así como las cuerdas tiran de las cometas y las van orientando para que se levanten cada vez más arriba, el cielo tira de mi cuello y mi cabeza se levanta elevando mi mirada que busca tu avión. Aquel día me dijiste como tantas veces, ven vamos a hacer una cosa, y como siempre, aquello podía significar dos horas o tres días haciendo cosas contigo. Un paseo para comer chanquetes o un viaje a Sevilla para probar el Mini recién arreglado, pasar en casa de alguien a buscar unos discos o irnos a robar higos hasta llenarnos la barriga de frutas ilegales y la boca de risas. Salir contigo a hacer algo era salir a vivir unas horas de cosas buenas hasta que tú dijeras que era la hora de volver, y la hora era siempre la misma. La hora de parar. Una hora que tú decidías según la Ley de Eric. Lo hacemos hasta que duela y después paramos. Hasta que duela o ya no se pueda. Así me decías. Lo hacemos hasta que aguantemos. Hasta que duela la barriga de reír o de comer. Hasta que duelan los ojos del humo de la discoteca. Las piernas de bailar. Los pies de andar. Hasta que esté oscuro y ya no se vea. Hasta que nos pillen o Dios nos fulmine con su rayo. Hasta que se pueda"

miércoles, 6 de julio de 2016

Jordi Díez: 'La Virgen del Sol'

Con 'La Virgen del Sol' Jordi Díez ha terminado de conquistarme. Literariamente, claro. Su punto más místico que religioso, más pegado a la filosofía y las creencias que a los ritos, me pone. Literariamente, por supuesto. 'La Virgen del Sol está ambientada en los desconocidos tiempos del incanato y más concretamente en los de la construcción de la mágica Cuzco que, en este relato, coinciden con los de la edificación del misterioso Templo del Sol del Machu Picchu. Licencias de autor que justifica en el epílogo.

Mientras cuenta una historia que seduce y emociona, aporta con facilidad grandes dosis de conocimiento e historia. Construye sobre los cimientos de un lenguaje que te transporta al momento, al lugar y a sus gentes. Tras su lectura te costará resistir la tentación de correr inmediatamente hacia los lugares, que no a los tiempos, de los que ha hablado. En 'La Virgen del Sol', Jordi es más Jordi que en El Péndulo de Dios... Pedazo de escritor. Este es un pasaje literal de esta novela:


"Vestía una túnica blanca sacrílega, de uso restringido a las vírgenes del Sol, que saltaba a la vista no era de su talla. Uno de los tirantes que debían cubrirle los hombros resbalaba por su brazo derecho, dejando a la vista dos pequeños granos de maíz rosado. La correa que le ceñía la cintura creaba tal pliegue de ropa que hubiese bastado para confeccionar un vestido a su medida. Los pies, desaparecidos. A un movimiento de su mano, un soldado descubrió el rostro de la niña, oculto tras una reluciente melena negra".
"Si Rascar Capac había creído que la noticia del Inca iba a ser la mayor sorpresa del día, sin duda andaba bien errado. Tantas señales en un solo día no podían ser fruto de la casualidad. Inti lo estaba mirando a los ojos, reconoció en aquellas dos luces toda la fuerza de Mama Ocllo, la hija del Dios Creador Viracocha, la primera mujer en habitar la Tierra, la esposa de Manco Capac. A punto estuvo de postrarse a los pies de aquella niña, pero consiguió mantener la compostura necesaria para mostrarle, con un giro de cabeza, el camino que debía seguir tras él".

lunes, 4 de julio de 2016

Roberto López-Herrero: 'Normal'

Con 'Normal' me ha pasado lo mismo que a Benito Olmo: "me lo leí de una sentada". En mi caso fueron varias (leo en el Cercanías de 'Madrid Disculpen las Molestias', en varios trenes y con huelga por medio). Ingenioso, agudo, irónico e inteligente. La incursión de Roberto López-Herrero en la novela policíaca es brillante, como si lo hubiera hecho toda la vida. Él, que es modesto, dice que le debe mucho a sus crítico-amigos, su editora... Y si le dejáis le pasa lo que a Pedro Almodóvar: te mienta hasta la Virgen de Guadalupe. Es su primera novela en este género, pero no porque sea un escritor novato. Nada de eso. (En aras a la brevedad, no pienso escribir aquí los títulos de sus dos novelas anteriores). Es que le gusta picotear de género en género y no siempre liba precisamente de los néctares que más le atraen. No os voy a contar nada de 'Normal'. El título lo dice todo: "el asesino es normal". Os la leéis, os lo pasáis bien y se lo agradecéis a Roberto. Aquí os dejo un aperitivo dramático. Eso sí, salpicado de algunas de sus habituales notas irónicas:


"Me obsesioné con contar los destellos de luz en la esquina de la televisión. Mil ciento doce en no sé cuánto tiempo, pero eso también acabé detestándolo, odiándolo".
"Odiaba todo. Me odiaba a mí, odiaba a Manu, odiaba al tipo que le había disparado, a la Tacones por haber aparecido, a Vila por haberla llamado... Odiaba a Lara porque me faltaba, pero no la quería cerca. No así. No conmigo en ese estado. El odio era cómodo, era confortable. Me hacía sentir algo al menos, no esa quietud forzada por la agresividad de sonidos y olores que se aliaban con la gravedad de la Tierra para aplastarme".
"Me quería morir y tenía miedo a morirme a la vez. Pensaba en todo el daño que iba a hacer a la gente que me quería si moría, pero también en que lo único lógico era que yo muriese. Así funcionaba mi cabeza, traicionándome en la oscuridad, poniéndome en la tesitura de elegir entre la vida angustiosa y la muerte aterradora. Todos estamos un poco muertos cada día."

jueves, 23 de junio de 2016

Raúl Rivera Orta: ‘Xantolo, más allá de la muerte’

De los momentos difíciles y de crisis suelen surgir los grandes: hombres y mujeres que dejarán esos legados que después disfrutamos todos. México, además de balas y secuestros re-titulados en la Prensa, incuba una generación de jóvenes escritores independientes que darán mucho de lo que hablar. Jóvenes críticos, sensibles y comprometidos con sus realidades próximas. Con casi 28 años Raúl Rivera Orta es uno de ellos. Probablemente un referente. Y además, permitidme la licencia, escribe como los dioses. Su antología poética 'Sol-edades, el mundo de los locos' tiene Premio de Poesía Nacional en México. Es un placer escucharle recitar sus poemas. Mañana tendréis la oportunidad de comprobarlo en la vídeoLectura que realizará de tres de ellos en Libretería. Hoy, os dejo un pasaje de 'Xantolo, más allá de la muerte', su última novela: 


"Las madrugadas saben a sereno, dulce y fresco sereno paciente, saben a espíritus que salen de sus rincones metafísicos a cazar mariposas y luciérnagas brillantes con sus manos pálidas, llenas de arcilla y transparentes. Las madrugadas saben a tabaco y a café frío. En la soledad se saborea el sonido de las ranas y los sapos que nos incitan a bailar cerca del arroyo, pero lo mejor de todo es que la soledad sabe a entenderse a uno mismo, a entender que la vida es un retroceso hacia la muerte y la muerte es un anticipo hacia la inmortalidad…
La lluvia nunca había sido un consuelo para mí, pero debajo de ella aprendí a llorar sin pena, a sacar mis lamentos frescos como inviernos con tragos de aguardiente y huapanguera entre la sierra. Aprendí a volar con el petricor sempiterno, con la luz de la neblina, la hermosa huasteca y las estrellas.
Silencio…cansancio, soledad…todo es extraño, siento que me falta el aire y la lluvia me dejó empapado de trepidas nostalgias, un poco mareado y con frío. Siento mi cuerpo liviano como si no tuviera alma ni tampoco ganas de salir a descubrir en dónde estoy parado, en dónde estoy perdido. Más allá de lo que veo -que es casi nada-, creo que hay un caudal pasivo a unos cuantos metros de aquí y el aleteo de las mariposas húmedas y sin acéfalos que merodean casi rosando el agua, se puede escuchar nítidamente como un débil campaneo. Trato de escurrirme entre los árboles, estoy descalzo y la neblina facilita la ocasión para que mi vista sea obstaculizada por su manto blanco virginal entre la pringa y el ulular de los tecolotes me desorienta ya que cuando el tecolote canta, la vida no termina, espera. ¿Qué hora es? La luna brilla sobre la copa de los árboles, no hay estrellas pero acá abajo las luciérnagas hacen caminos escrupulosos con el resplandor natural de sus diminutos cuerpos invisibles, seres alados al fin de cuentas… lo más cercano que tengo a la divinidad". 

miércoles, 22 de junio de 2016

Marcos Nieto Pallarés: 'El asesino indeleble'

No es la primera novela de Marcos Nieto Pallarés, pero sí su primera novela negra. Y la verdad, la ejecuta con gran maestría. Marcos no renuncia al alma de sus personajes: los principales son auténticos 'canallas' soportados por otros más humanos y contradictorios, más de carne y hueso. A este escritor le pasa con sus retratos lo mismo que a Velázquez, que los rectifica hasta que los completa. La trama tiene un buen ritmo y giros sorprendentes, y un punto de partida que definirá su ambiente, una sentencia de Nietzsche: "cuando miras largo tiempo al abismo, el abismo también mira dentro de ti".  No sé si un asesino múltiple como el que describe sería creíble en su país de residencia, así que se lleva la acción a la meca de los criminales en serie. Te sientas con 'El asesino indeleble', te dejas llevar por su lectura y cuando despiertas: lo terminas, te quedas con ganas de volver a empezar:


"Me incorporé y vi una sombra deslizarse por la puerta. La seguí hasta la sala de estar inmerso en una oscuridad que solo la tenue luz que entraba por las ventanas disipaba. Y allí, en medio de la habitación estaba ella, estaba mi hija, tan hermosa como la recordaba, en pijama, con su osito Dormilón entre los brazos.
-Cariño, ven con papá -le susurré mientras mis ojos lloraban sin consuelo.
Me acuclillé para recibirla entre mis brazos, pero justo antes de que los alcanzara, su pecho se tiñó de rojo. Se detuvo y alzó su mano mirándome fijamente." (...)
"Me alcé y giré mi cuerpo al escuchar chirriar la puerta de la cocina. Del interior de la pequeña estancia emanó una intensa luz ambarina, que se tornó en un cuerpo en llamas. El ser abrasado se acercó y posó su lumbre a escasos  dos metros de mi cuerpo semidesnudo.
-Hola, detective. -Su voz sonó grave, distorsionada-. ¿Te acuerdas de mi?
-No sé quién eres, demonio. Pero seguro vas a decírmelo ¿verdad?"

jueves, 16 de junio de 2016

Isabel Salas: 'El canario y la máquina de coser'

Si Julio Cortázar hubiera reencarnado, uno de sus 'trozos' estaría dentro de Isabel Salas, una malagueña arraigada en el Paraná y el Iguazú brasileño. Por su sensibilidad. Por su destreza para perforarte hasta el rincón más remoto. Por la sencillez con la que toca la música de los sentimientos más profundos. Este que aquí os traigo: 'Instrucciones para mi muerte', es uno de los 60 momentos-relato-poesía de su primera obra 'El canario y la máquina de coser'. En breve publicará  'Navaja de llavero'. Es un placer leerte, Isabel:


"Ha muerto alguien.
Se le acabó la vida.
Se murió como moriré yo.
Me gustaría tener fuerzas para yo misma cerrar mis ojos por última vez.
Aunque mis otros músculos ya no consigan ni respirar, espero obtener ese último triunfo.
Si no lo consigo, espero que haya cerca una mano amiga que sin asco y con cariño me los cierre dulcemente.
Enseguida recibir una caricia, tal vez un beso antes de que el frío me invada.
Y para finalizar un paño sobre mi rostro.
Un paño que impida que los que me amaron sientan el dolor de mirar mi carne vacía. No quiero que me miren sin expresión, sin poder sonreírles.
Debe ser por eso que se les tapa el rostro a los muertos, porque no soportamos mirar a quienes queremos sin poder reconocerlos.
Espero que, en esa hora, mis seres amados sepan cuánto los he querido y no necesiten buscar en mi cara de muerte respuestas imposibles.
Lo del paño es importante.
Imagino un paño de colores, alegre y suave.
Es la última gentileza que se hace con las personas".

"A veces me he preguntado si los torturadores han cubierto con un paño a sus víctimas.
Si después de matar al torturado en esas cárceles políticas, alguien se acuerda de la decencia y les concede ese último pudor.
Yo, si consigo morir de muerte morida y no de muerte matada, creo que el detalle del paño está resuelto en mi caso.
La caricia tal vez sea más difícil de conseguir y el beso casi imposible. Pero como estaré muerta tal vez no importe.
Ni siquiera importa leer estas instrucciones.
Importan las sonrisas que daré hoy y mañana.
Importan los besos que tengo en mi boca para repartir, dar y conseguir otros.
Importa despedirse aunque sea jugando".

"Importa haber vivido.
Estar viviendo.
Vivir".

"Y sobre todo, me importa dejar en mis personas amadas, la seguridad de haber sido parte de los motivos para irme feliz".