'Una vida en diez líneas de Word'
Víctor Fernández Correas
El protagonista de hoy es un político. Daba miedo, pero que mucho miedo. Venía de buena familia, por lo que pudo labrarse un futuro como abogado. Y comenzó a escribir, que no se le daba mal al tipo. Trabó amistad con filósofos, escritores, poetas… Llegado el momento dio un paso al frente y se convirtió en la bandera de todo lo que faltaba en su patria: libertades, democracia, igualdad… Y triunfó. Quizás porque fue un tipo íntegro, de moral rígida, fiel a sus principios. Hasta que perdió la cabeza. Él y otros muchos. Los nuevos tiempos, que se les fueron de las manos. La patria se convirtió en una merienda de negros -con perdón-, y las dentelladas se pudieron escuchar en todo el orbe, pues a ello ayudó la efervescencia que aupó al tipo y a sus acólitos hasta los más alto. Total, que hubo derramamiento de sangre -ríos y ríos, y no es una metáfora- y la muerte no daba abasto, encantada con el percal desatado. Al final de los finales el tipo aceptó a regañadientes el billete de ida que le expidió la Negra Señora. Se fue y volvió la paz. Cosas de la vida.
Maximilien Robespierre.
ResponderEliminarMe arriesgo Yo también pienso que Robespierre, aunque ese Danton, no se, no se.
ResponderEliminarLa solución en el próximo post de Victor Fernández Correas el domingo que viene.
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